En estas meditaciones para cada día de mayo, el autor invita a conocer mejor a María, para amarla más y para que nos lleve a Jesús.
Al hilo del Evangelio y de la mano de María, sugiere propósitos, afectos y oraciones que facilitan el diálogo y la amistad con Jesucristo. Porque todos podemos escucharle, hablar con Él, mirarle y hacerle grandes o pequeños servicios.
Sus palabras se dirigen principalmente a jóvenes, pero cualquier lector obtendrá fruto de estas meditaciones.