La verdad literaria y humana de una mujer única que disfrutó efímeramente de la fama, para sumirse luego en las tinieblas del olvido
Juan Manuel de Prada no ha vacilado en calificar esta biografía dedicada a la escritora catalana Ana María Martínez Sagi (1907-2000) como «la obra de su vida». No sólo por su ambición descomunal, sino porque es el resultado de una obsesión que persigue al autor desde hace más de dos décadas, cuando publicó una novela titulada Las esquinas del aire, basada en el testimonio que Martínez Sagi, por entonces en las postrimerías de su vida, le transmitió.
De este modo, aquella mujer de plurales talentos (poeta, reportera, deportista, pionera del feminismo...) pudo ser rescatada del olvido. Pero, con el tiempo, el autor descubriría que aquel testimonio contenía algunas lagunas e inexactitudes, algunas omisiones conscientes o involuntarias, algunos recuerdos fabulados o embellecidos. Y se lanzó entonces a una investigación oceánica que le ha ocupado media vida.
Los descubrimientos que Prada realizó fueron mucho más jugosos y apasionantes (también, en ocasiones, perturbadores) de lo que jamás hubiese sospechado; y así pudo reconstruir una vida sobresaltada de acontecimientos pasmosos, que ahora ha plasmado en su obra más ambiciosa y brillante.
El derecho a soñar nos brinda la posibilidad de asomarnos a esa vida tumultuosa, en la que se entrelazan otras muchas vidas afluentes que componen un deslumbrante mapa de toda una época. Porque El derecho a soñar no es tan sólo una biografía de Ana María Martínez Sagi; es la biografía del doliente y ajetreado siglo XX español.