Cantando a la primavera se publicó en Adonáis en 1945. Además de que acercó a los lectores españoles a la deslumbrante e influyente voz poética del norteamericano Walt Whitman, tuvo el atractivo e interés de que la traducción y el prólogo eran de la española de origen chileno Concha Zardoya, la primera mujer que editó en la colección un poemario suyo (Pájaros del nuevo mundo, 1946) y, después, con Dominio del llanto (1947), obtuvo un accésit en el primer fallo del Premio Adonáis ya bajo la dirección de Ediciones Rialp. Los tres volúmenes son inencontrables hoy día si no es en librerías de viejo.
Respecto a Cantando a la primavera, sin ser la primera vez que se vertió al español una selección de la obra de este colosal poeta ?la precedieron las traducciones de Vasseur, en 1912, y la de León Felipe, en 1914, en la que, sobre todo, se basa la de Zardoya? sí fue la más difundida en su momento hasta, prácticamente, finales de los años 60.
Desde Adonáis, y por petición de sus lectores, volvemos al facsímil de aquella joyita: una obra de enorme repercusión, pese a su formato minúsculo, destaca tanto por su calidad literaria como por su temática altamente relevante y actual. Según recoge la propia Zardoya a la manera whitmaniana: en esta obra «tocamos al hombre».